El Hipódromo
El Hipódromo, ubicado en el corazón de la Constantinopla bizantina, fue un importante espacio público para diversas actividades civiles, como propaganda, rebeliones y luchas. Con el tiempo, se hizo más conocido como una instalación deportiva donde se celebraban carreras de carros. Eventualmente, las carreras de caballos se hicieron más populares aquí, y los otomanos lo utilizaron como una pista de carreras de caballos.
Hay varios monumentos alrededor del área del Hipódromo. Uno de los más notables es el Obelisco Egipcio, que fue construido originalmente por el faraón Tutmosis III entre 1549-1503 a.C. Tenía 200 pies de altura y pesaba 800 toneladas, pero durante el transporte desde Egipto a Constantinopla, se rompió en tres piezas, y solo la parte superior sobrevivió. Fue erigido en 390 d.C. durante el reinado de Teodosio I, y la base de mármol presenta relieves esculpidos que muestran al emperador y su familia observando una carrera de carros. El obelisco, hecho de granito rosado, muestra al faraón Tutmosis III con el Dios Sol Amon Ra.
Otro monumento en el Hipódromo es una columna formada por tres serpientes de bronce entrelazadas. Fue traída desde el Templo de Apolo en Delfos, Grecia.
El tercer monumento es el "Coloso" o "Columna de Constantino", que aparece más erosionado que el obelisco. Los investigadores creen que su propósito es similar al del obelisco egipcio.
El último monumento en el área del Hipódromo es la Fuente Alemana, también conocida como la "Fuente del Kaiser Wilhelm II". Es un edificio octagonal con grifos alrededor, construido en 1898. Hay hermosos mosaicos en su interior que representan las firmas del emperador Guillermo II y el sultán Abdulhamit II.
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